La Santina en Riberas Foto del libro Asturias por la Virgen de Covadonga |
“En el nome del Padre que fizo toda cosa… Nos santiguamos, y empieza la Peregrinación”. Con estas palabras comienza, el día 8 de mayo de 1951, la gira de la Virgen de Covadonga por toda la geografía asturiana, gira que se prolonga hasta el 8 de julio.
El periplo quedó recogido en un libro titulado “Asturias por la Virgen de Covadonga[1]” escrito por Eliseo Gallo Lamas[2] que, a modo de diario, y con un tono marcadamente épico y rimbombante, cuando no cursi, va describiendo el recibimiento que en los distintos pueblos del recorrido se le fue dispensando a la imagen de la Virgen.
“Asturias se vistió de gala, compuesta como una novia, convirtiendo todos los caminos en jardines, y haciendo tal derroche de luces, de tapices y banderas que se dijera estábamos ante estampas magníficas de veleros románticos .”
Portada del libro |
Comienza el libro con una serie de agradecimientos: al pueblo, "...fue una floración nueva de Marianidad..."; a los sacerdotes, “...en los rostros de todos ellos se veían las huellas del gigantesco esfuerzo...”; a las autoridades, “...a los pies de la Santina, fue siempre un bastón de mando, como símbolo de que Asturias la declaraba, para siempre, su celestial Regidora...”; a los maestros , “...ensayaron canciones, versos, etc., etc., sin un momento de tegua, y en cada ciudad, en cada villa o en cada aldea estaban siempre entre la algarabía jubilosa de los niños...” ; a la guardia civil, “...el benemérito Instituto mereció el insigne privilegio de rendir a la Virgen de Covadonga escolta de honor ―por algo es el honor divisa de la Guardia Civil ―en más de cinco mil kilómetros.(¿?)...”; a las empresas ,“...y siempre que fue necesario, la Reina tuvo a su servicio, en formas variadísimas, el poder económico de las empresas...”; a los «americanos», “… en todas partes teníamos un coche de algún «indiano» por si era necesario su servicio…”
En Pravia Foto del libro Asturias por la Virgen de Covadonga |
Así se describe en el libro el paso por Riberas:
Día veintitrés
Salimos a las nueve. La ex–Colegiata de Pravia, con aureola de oros y luces, ha sido testigo de la Misa de enfermos. Fortísima impresión que nunca olvidaremos. Temblaron las manos del párroco, mientras iba bendiciendo uno a uno a los que ama Jesús y están enfermos… Nos parece que ya no hay razón para hablar de las festivas, señoriales colgaduras, ni de la policromía de los adornos sin fin.
Los carboneros en el Tiñoso Foto: Tomás |
Juanin de la LLamera en el Tiñoso Foto: Juanin |
Ciclistas escoltando a la Virgen (Perez, Luis del Paraiso ...) Foto: Brígida |
Por la Carretera Foto: Esperancina |
María Luisa Corujedo dirigiendo la marcha Foto: Elma |
Por la carretera (Porteador de la izda. Cote) Foto: Esperancina |
Muy oportuno el Sr. Cura[3] en la celebración de la Santa Misa, y muy emocionado y emocionante en las breves palabras de despedida, reflejo del alma popular; de este pueblo de Riberas que pone sus lágrimas y sus vivas en la melancolía del extendido ¡adiós!...
Entrando en el Parador Foto: Campin |
El recibimiento en Soto del Barco supera toda ponderación. Sin duda que este día será “una fecha memorable, grabada permanentemente en la memoria de los anales del Concejo”.(...) Fué hasta el Parador la Santina, derramando la lluvia de sus bendiciones sobre los hijos de Soto, y tambien sobre muchos de Riberas que ha llegado hasta aquí.
En Soto del Barco |
En la Arena |
[1] Asturias por la Virgen de Covadonga (diario de una Peregrinación). Gráficas Summa. Oviedo 1952
[2] Canónigo, Magistral de la catedral de Oviedo, a quien el catedrático José María Martínez Cachero veía gran similitud con el personaje de la Regenta Don Fermín de Pas.
[3] José María Rodríguez Corias , cura ecónomo de Riberas 1949-1955
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