sábado, 6 de octubre de 2012

Carmina Labra

Carmen Labra en el Miraveche
Foto: Juanjo Rodríguez-Navia. Año 1948
En Ucedo, en “casa de Doña  Clotilde”, pasó largas etapas de su vida Carmen Labra. Su madre, Rosa Sánchez González  (Rosita), hija de Valentín Sánchez y de una hermana de Doña Clotilde, fue acogida por ésta al quedar huérfana de madre. Doña Clotilde también se haría cargo de la crianza de María Muñiz, hija de su otra hermana, Adela, y madre del poeta Ángel González[1].

Casa de Labra en Ucedo
Fuente: Inventario de Patrimonio Arqueológico de Asturias. año 1997
Escritora, militante del Partido Comunista[2], compañera de poetas y escritores, fue una importante figura de la lucha antifranquista y de la Transición. Así la recordaba el  periodista y escritor Pedro García Rico  en un artículo publicado con motivo de su muerte en el año 1995[3]:

“Carmen Labra era,  para los políticos de la izquierda y para los escritores de todos los colores, familiarmente Carmina. De raigambre asturiana −Abuli, Riberas de Pravia-Oviedo− Carmina era nieta de Rafael María de Labra. Se sabe lo que este personaje significó en la política y el derecho de la moderna historia española: periodista en La discusión, La Democracia, La revista hispanoamericana y El correo de Ultramar, catedrático en la Institución Libre de Enseñanza, diputado por Infiesto en las Cortes de 1871, en pleno sexenio liberal, republicano en la restauración, defendió desde su juventud la autonomía de las Antillas y la abolición de la esclavitud, aspiraciones que vio cumplidas, aunque tras el Desastre, no quiso volver a Cuba. Escribió más de ciento cincuenta libros en los que expuso con brillantez sus ideas sobre política y derecho, y representó a España en el Tribunal Internacional de la Haya. Carmen Labra, que conservaba,  con devoción, sus libros y papeles, los donó hace unos años a la Biblioteca de la Habana.

Salón familiar de la Casa de Labra en Riberas
Fuente: Inventario de Patrimonio Arqueológico de Asturias. año 1997


Carmina se formó en la tradición y el ejemplo de Labra y del republicano Augusto Barcia, el político de Vegadeo casado con una de las hijas del libertador de esclavos, embajador y ministro de Estado de la República en 1936,  y luego en el gobierno del exilio. Ella entró en la política en 1961 (en la política clandestina, claro) y desde entonces estuvo en la primera fila hasta la consolidación de la democracia. Fue militante activa, corriendo los mayores riesgos, entregándose por entero y con coraje a cuanto se le encomendaba en la lucha antifranquista. Pueden testimoniarlo Santiago Carrillo y Jorge Semprún, Romero Marín y Simón Sánchez Montero: la prensa clandestina, la ayuda a los presos, el albergue de comités, la protección a los militantes…, Un concienzudo y riguroso trabajo anónimo que nunca reflejaran los papeles.


En la foto Mino Pancho y su hija Hermosinda mostrando 
 la casa de Carmina Labra, de la que eran caseros
¿Cómo olvidar su presencia en el mundo literario? De prima de Ángel González − tal era su parentesco con nuestro gran poeta − pasó enseguida a ser la compañera de escritores de dos generaciones. Contribuyó como ninguno, al respaldo de poetas y novelistas sociales, como se llamó, con escasa precisión, a los que convirtieron su obra en arma cargada de futuro, según las inolvidables palabras de Gabriel Celaya. Presentaciones, homenajes, conferencias, todo acto cultural que tuviera un significado cívico-literario contó con su apoyo decidido. Estoy seguro de que nunca la olvidarán Juan Marsé, Armando López Salínas, José Manuel Caballero Bonald, José Agustín Goytisolo… Muchos han desaparecido: Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma, Blas de Otero, Manuel Pilares,  José Anillo, Juan García Hortelano. Carmina figuró en este tejido de relaciones, consciente del papel que todos desempeñaban en los años difíciles. Carmina Labra representa una presencia insustituible para entender un largo capítulo de la vida político literaria de toda una época española.

Asistimos a la ceremonia colectiva que intenta reconstituir la historia de los dos o tres años que reciben el nombre Transición, con mayúscula, como si fuera la raíz de nuestras libertades, pero se olvida el entramado político sociológico sobre el cual se levantó y cuantos factores, incluido el literario, contribuyeron a su urdimbre. Nunca figuran en los papeles ni transmiten las hondas los nombres de los que construyeron materialmente su sólido cimiento. El de Carmina fue uno de ellos”

La Voz de Asturias. Jueves, 30 de noviembre de 1995
En otra nota necrológica publicada en el País, el periodista y escritor Juan Cruz Ruiz  define  a Carmina como compañera[4]:

La defensa de esta novela de Juan Marsé 
 le costó a Carmina Labra una bofetada
 de un miembro del Partido comunista
“Si de Carmina Labra, muerta anteayer en Madrid cuando quizá no tuviera 70 años, debiera decirse algo que la definiera completamente, habría que llamarla compañera. Fue compañera de la izquierda; oyente y compañera de la radio, de la radio de la madrugada -era para ella la radio de los solitarios-; lectora también de la prensa, rabiosa lectora de la prensa en el franquismo y de la prensa actual, en la democracia que ella creyó imperfecta; compañera de la progresía política cuando ésta aún era inocente; asistente perpetua a todos los actos culturales de Madrid, y compañera, finalmente, de la poesía: prima del poeta Ángel González, le inspiró a éste el poema Alga, entre otros muchos, y fue compañera de recitales y de público con Gabriel Celaya[5], con Caballero Bonald, con García Hortelano, con el propio Ángel González.
En los últimos años, la ausencia de muchos no la había recluido, y fue compañera de nuevo, en recitales y en la vida cotidiana, de los jóvenes poetas que son hoy herederos de todos. Murió, probablemente, escuchando la radio, que fue la única compañera que no la vio cerca.
A su entierro acudieron todos los que fueron sus amigos y que aún siguen vivos.”


Carmina Labra, Ángel Gozález Muñiz, Ana Mary Suárez,  Juanjo Rodríguez- Navia y Enrique Suárez
Foto: Juanjo Rodríguez Navia. Año 1948
Este es el poema que Carmina Labra le inspiró a su primo Ángel González:


Alga quisiera ser, alga enredada,
en lo más suave de tu pantorrilla.
Soplo de brisa contra tu mejilla.
Arena leve bajo tu pisada.

Agua quisiera ser, agua salada
cuando corres desnuda hacia la orilla.
Sol recortando en sombra tu sencilla
silueta virgen de recién bañada.

Todo quisiera ser, indefinido,
en torno a ti : paisaje, luz, ambiente,
gaviota, cielo, nave, vela, viento…

Caracola que acercas a tu oído,
para poder reunir, tímidamente,
con el rumor del mar, mi sentimiento.

                                               Ángel González. (“Áspero mundo”, 1956 )
___________________________

Augusto Barcia Trelles (Vegadeo,1881- Buenos Aires,1991) Casado con Rita de Labra, tía de Carmina, era Doctor en Derecho y abogado. Fue elegido diputado por el Partido Reformista de Melquiades Álvarez en las Cortes entre 1916 y 1923 Tras el advenimiento de la Segunda República, el 14 de abril de 1931, se afilia a Acción Republicana, el partido de Manuel Azaña, siendo diputado en las legislaturas de1933 y 1936, y encabezándola en las Cortes de 1935.
Tras la victoria, en febrero de 1936 del Frente Popular es nombrado ministro de Estado en los sucesivos gobiernos de Manuel Azaña, Santiago Casares Quiroga, Diego Martínez Barrio y José Giral, además de actuar por un breve período de dos días (entre el 11 y el 13 de mayo de 1936) como presidente del gobierno tras la dimisión de Manuel Azaña al haber sido elegido presidente de la República
Fue el último presidente de la Comisión de Compras de Armamento en París, cargo que abandonó al saber de la caída de Cataluña en manos franquistas, exiliándose en América. Actuó, ya después del final de la Guerra Civil, como Ministro de Hacienda en los dos primeros gobiernos de la República en el exilio de José Giral .

Rita labra donó en el año 1936 una imagen de Santa Rita a la iglesia de Riberas. Y como curiosidad señalar que fue de las pocas españolas en recuperar las joyas del denominado “Tesoro del Vita”. El Vita era el nombre del barco fletado por Juan Negrín para transportar los objetos incautados por la Caja General de Reparaciones durante la Guerra Civil y otras joyas y objetos de valor de diferente procedencia


El abuelo de Carmen Labra, Rafael María de Labra Cadrana (1840-1918)fue un ideólogo, político  y  republicano, activo antiesclavista y escritor prolífico. Miembro del Ateneo de Madrid, donde muy pronto se dio a conocer gracias a sus facultades como orador. Se inició en el periodismo en El Contemporáneo y en La Discusión. Desde la Revista Hispanoamericana propuso la autonomía de Cuba. Fue gran activista de la Sociedad Abolicionista Española fundada en 1865, siendo presidente del Comité ejecutivo desde 1868 a 1876 en que ocupó la Presidencia de la Sociedad, que se disolvió en 1888, una vez erradicada la esclavitud de las naciones hispánicas. Su antiesclavismo le granjeó grandes enemistades en Cuba, asegurando Miguel Moya (Oradores políticos) que un periódico integrista cubano abrió suscripción para premiar a quien lograse aniquilarle: «Por sacarle los ojos, 100. Por partirle el corazón de una puñalada, 500. Por arrastrarle, 1.000 pesos.». En 1871 fue elegido diputado en Cortes por Infiesto,  sin pertenecer a ningún partido político. Labra logró que la Asamblea Nacional aprobase la Ley de abolición de la esclavitud.
Fue uno de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza en  1876, de la que fue Rector




Nuestro agradecimiento a Hermosinda Álvarez, de Ucedo, vecina y casera de Carmen Labra, de la que guarda un grato e imborrable recuerdo y a los hermanos Carlos y Juanjo Rodríguez-Navia (hijos de Marina Candida) por la aportación de los artículos y las fotos que ilustran esta entrada
[1] Al paso del poeta Ángel González por Riberas dedicaremos otro breve artículo.
[2] “Carmina militaba en el Partido Comunista y vivía en un piso burgués de la calle Velázquez donde «se sucedieron un sinfín de jaranas amistosas y asambleas subversivas», según Caballero Bonald. Carmina era, además, prima del poeta Ángel González, que la recuerda como «un personaje extraordinario. Tenía muy pocas inhibiciones. Vivió siempre como le dio la gana. Sentía devoción por Jaime y tuvo un lío con él»”. (Dalmau Miguel.  “ Jaime Gil de Biedma”  Editorial Circe Ediciones S.A.  Pag 258 y259) 
[3] Eduardo G.Rico. La Voz de Asturias. Jueves, 30 de noviembre de 1995. “La Despedida de Carmina Labra”
[4] Juan Cruz Ruiz. El País. 28 de noviembre de 1995. “Carmina Labra, Compañera
[5] Gabriel Celaya le dedica un poema a Carmina Labra: “Esta casa / es mi vida y mi sentido / dentro vivo / fuera me siento perdido ... (Poesías Completas 1969 pag 1214)

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