sábado, 7 de julio de 2012

Sobre cementerios

El cementerio viejo
El  cementerio que ahora conocemos como  Cementerio Viejo” y cuyas paredes perimetrales todavía se pueden ver en la falda del Trichorio  fue construido en el año 1834.  Las obras corrieron a cargo del Ayuntamiento de Pravia, que dando cumplimiento a una Real Orden de 13 de Febrero[1]  de ese año y a repetidas circulares del Gobernador Civil de la provincia, relativas a la pronta construcción de cementerios, nombró  comisionados  para  la construcción de los de las parroquias de Soto Del Barco, La Corrada, Bances y Riberas.
En Riberas se nombró como Comisionado al Licenciado D. José María Menéndez Bances, encargado de fijar el emplazamiento, adjudicar la ejecución de las obras y velar por la buena consecución de las mismas.
Desde un principio el proceso se vio envuelto en la polémica. Así, a la hora de ubicar las obras, choca el Comisionado con  la obstinación del Párroco y dos vecinos  por él nombrados para el señalamiento del lugar,  porque tras serles rechazada una primera vez su propuesta de emplazarlo pegado a la Iglesia  Parroquial, en medio de la mayor población, por ser ello contrario a las normas, volvieron a proponerlo, por  segunda vez, como  el lugar idóneo.
Ante esta vicisitud  opta el Comisionado, apoyado por una porción de vecinos y por el Alcalde de la Hermandad, por señalar el lugar fuera de la población “ en terreno bien ventilado, llamado el Trichorio sin que diste mucho de la Iglesia Parroquial, conciliándose en este lugar  los objetivos de hacer la obra con  el menor costo posible, con la comodidad de los vecinos y sin faltar al  derecho vigente sobre la construcción de cementerios”.
Así queda fijado en un oficio de 2 de agosto de 1934 y el día 10 se finsó y amojonó con estacas el terreno. Salvado este primer tropiezo,  se procede a sacar a  remate  las obras. El día 8 de agosto se publican las condiciones  que han de regir el remate:
1ª.-         Se ha de hacer en el termino del Trichorio en donde está estacado y señalado por el comisionado del Ayuntamiento de Pravia.
2ª.-         Ha de tener un hueco de veintiséis varas a una mano y doce a otra.
3ª.-         Se ha de hacer por debajo un paredón fuerte y a satisfacción, y lo mismo por los dos lados, hasta que  busque el pavimento en nivel con el terreno y pared de la banda de arriba.
4ª.-         Por la banda del nordeste ha de llevar en el medio una Puerta de Canto labrado de nueve pies de alto y cinco de ancho, llevando sobre ella un techo que tenga  una vara de ala a cada lado  y una cruz encima.
5ª.-         Para subir a dicha puerta se ha de hacer una rambla con un paredón por la banda de abajo para que con mayor comodidad se pueda subir con los cadáveres ha dicho Campo Santo, teniendo dicha rambla y paredón el largo necesario para el mayor descanso de la bajada y subida.
6ª.-         Concluidas las tres paredes, hasta estar en el nivel de la pared de arriba se levantará sobre el paredón de abajo otra pared de diez cuartas de alto y lo mismo por las demás de alrededor a excepción de lo que toma la puerta, que debe levantar lo que queda dicho atrás.
7ª.-         Las paredes todas han de se hechas con cal y arena, con el ancho correspondiente según su altura.
8ª.-         La saca de piedra y relleno del Campo Santo irá de cuenta y riesgo del rematante y caso de que los vecinos lo quisiesen hacer por separado quedará al arbitrio de ellos la tal elección.
9ª.-         Que las paredes la de abajo ha de tener hasta el medio  ---- de ancho, entendiéndose hasta medio  nivel y el otro medio tendrá dos y medio y los de más de dos metros de altura  tendrán por   ---------  ancho todas en redondo.
10ª.-       El cementerio se ha de dar por concluido en el termino de dos meses y medio en inteligencia que transcurrido dicho  termino sin verificarlo se  procederá al apremio y con todo rigor se procederá  contra el rematista o rematistas y se proveerán operarios en numero suficiente para que lo hagan  a su costa.    
El 17 de agosto se adjudicó la ejecución de las obras  a D. José García de la Plana, mayor, D. José García, menor, D. José María de la Cebedal y D. José Pulido Arcos, todos ellos vecinos de Riberas en la cantidad de “DOS MIL OCHOCIENTOS DUCADOS”,  a los que se les obliga, en garantía de la buena y pronta ejecución de las obras a firmar una obligación aunque en papel simple, por la que afianzaban durante un año el importe de la obra y en la que firmaban como testigos D. Indalecio García, Don Antonio Carvajal y D. Nicolás Alonso.

Auto de 4 de septiembre de 1834

Las obras comenzaron de inmediato,  pero el día 31 de agosto el Comisionado, que las visitaba a diario, dejaba constancia de la paralización de los trabajos en un auto que decía así:
D. José Pulido Arcos y más rematistas del Cementerio de Riveras han paralizado la construcción de aquél, sin embargo de los frecuentes avisos y recados que por el que provee se les han dado para la prosecución de dicha obra, y próxima conclusión de la misma; hágaseles saber formalmente, continúen sin levantar mano en la construcción de dicho cementerio en el apercibimiento de que no lo haciendo daré parte oficial al Ayuntamiento de Pravia para que les combine y precise a ello  por los medios rigurosos que tenga por más oportunos.”
Después de varias notificaciones de apremio y en vistas de que las obras no se reanudaban, el 17 de septiembre se les notificó el siguiente auto:
 Mediante a que los Rematistas del Cementerio de Riveras no han dado principio a la prosecución en la construcción del mismo sin embargo de haber sido apremiados por el que provee, hágaseles saber que si dentro del perentorio termino del segundo día no diesen principio a dicha obra se nombrarán operarios prácticos, e inteligentes que a consta de sus bienes dieren concluido dicho cementerio con la circunstancia, que hasta hallarse este finalizado me mantengo de apremio. Proveido por mi el Comisionado en Peñaullán y septiembre diez y siete de ochocientos treinta y cuatro”.
 Bajo estas amenazas el 20 de septiembre se reanudan los trabajos, pero con sólo tres operarios, a los que el Comisionado considera  insuficientes por lo que previene a D. José García, uno de los rematistas que de no “contratar”  más personal, el Comisionado lo hará a su costa. Tras varias notificaciones de apremio el aumento en el número de operarios no se constata hasta el 9 de octubre.
Restos de nichos
Finalmente el 12 de febrero de 1835 D. José Pulido Arcos, en representación de los rematistas comunica al Ayuntamiento la finalización de las obras solicitando el reconocimiento y recepción de las mismas a la mayor brevedad posible. El 20 de octubre el Ayuntamiento nombra como perito encargado de reconocer las obras a D. Antonio Blanco, Maestro Cantero y  vecino de Pravia quien tras el examen de las obras, el 12 de marzo  dictamina que
Examinado el cementerio con la mayor escrupulosidad y detención, no puedo menos que decir que se halla fabricado con bastante seguridad y decencia al fiarse  de la buena piedra y cal que la constituye; de manera que al presente no ofrece la más pequeña dificultad su aprobación. El Ayuntamiento podrá estimarlo así si lo tiene por conveniente. Si perjuicio de que los rematistas queden sujetos a su reposición si alguna quiebra tuviese lugar en el termino de un año; y además  terraplenarle suficientemente por la parte superior para que puedan sepultarse según corresponda los cadáveres ya que en la actualidad por dicha parte de arriba carece de una porción de tierra. También es preciso que los rematistas demuelan una peña que se haya por la parte de afuera para evitar que acaso los perros se introduzcan en él mediante la altura  que sobresale a la pared del mismo”
En base a este informe se dieron por recepcionadas  las obras del cementerio por parte del Ayuntamiento pero no acabaron aquí las polémicas con él relacionadas, pues el Sr. Comisionado D. José María Menéndez Bances, reclamó  del  Ayuntamiento o en su defecto  de los rematistas  mancomunadamente, el pago de seiscientos cuarenta maravedíes en concepto de dietas  o  de los daños y perjuicios que le fueron ocasionados por el retraso en la ejecución de los trabajos, y de setenta y dos maravedíes  para sufragar los honorarios del escribano D. Francisco Hidalgo García y del perito D. Antonio Blanco; a lo que el Consistorio se negó alegando que 
 La obligación que confirió el Regidor Bances no pudo tener otro objeto que el desempeñar el deber encomendado a la corporación de hacer construir el Cementerio por los medios legales por lo que este en ningún  caso puede ni podrá tener derecho a solicitar dietas . Y en cuanto a los derechos devengados por el  escribano no   son asunto de este Gobierno Civil  sino del tribunal competente”[2]
En este cementerio debió de haber enterramientos durante poco más de 50 años. Anteriormente a la fecha de su construcción estos se hacían dentro de  la Iglesia y su entorno. Así varios vecinos recuerdan la aparición de restos humanos durante la realización de las obras de la plaza del Campón en los años 50. Restos que fueron llevados al osario común de cementerio actual. También recordaba Mon de Gerarda la existencia de restos en una dependencia, en forma de cuña, ahora tapiada, en la parte de atrás de la iglesia, en el centro del ábside, a la que se accedía por un pequeño ventanuco, situado a un metro de altura, en donde él  y otros niños  se escondían a fumar. También nos relaba Mon que los últimos enterramientos en el cementerio viejo datarían de finales del siglo XIX. Las fechas de las lápidas que él llegó a conocer eran de la década de 1890. Le quedaron bien gravadas porque las inscripciones estaban  realizadas a base de incrustaciones en el mármol, incrustaciones que servía de molde para letras y números de plomo, letras y números que los niños se dedicaban a levantar.
Interior del cementerio
Actualmente de esta obra sólo quedan las paredes perimetrales del fondo y los laterales, todas ellas amenazando ruina; de la fachada y la puerta no quedan restos. Interiormente mide 27 metros de largo por 11 metros de ancho. No queda ningún nicho ni panteón. Hasta mediados de los años ochenta todavía se podía ver, escondido entre los bardallos, uno a la entrada, que parece ser era propiedad de la antigua familia de la Campa, pero fue  derribado por el entonces Cura Párroco de Riberas  D. José Manuel G. R. quién se llevó las piedras.

Placa colocada a la entrada del cementerio con motivo de la inauguración de
las obras de ampliación  en al año 1952. Posteriormente  alguien  quito de la
fecha  el 52  y recientemente se escribió  en su lugar el 03.


El cementerio actual data de principios del siglo pasado. Fue bendecido el 23 de septiembre del año 1900. Así lo comunica al Ayuntamiento el cura párroco José Rodríguez en un escrito que reza así:
" Debidamente autorizado por nuestro Excmo. e Ilmo. Prelado el día 23 del corriente bendije el nuevo cementerio de esta parroquia, quedando por lo tanto, desde ese momento, en condiciones de hacerse en el los enterramientos.
Tengo la satisfacción de ponerlo en conocimiento de V. para los efectos oportunos.
Dios guarde a V. m. a. Riberas y septiembre de 1900
                                                                                                        José Rodríguez"

Escrito comunicando la bendición del nuevo cementerio
(Fuente: Archivo de Soto del Barco)

La fecha de enterramiento más antigua que se conserva es de 1903.

A tenor de las quejas  de las que se hace eco el diario La Correspondencia de España, los vecinos no estuvieron muy de acuerdo con su emplazamiento:

La Correspondencia de España , 7 de marzo de 1900

En el año 1952 fue objeto de  una ampliación. Hasta esa fecha acababa a la altura de la actual capilla. Los terrenos para donde se amplió eran conocidos como el “prau de Pascua”. La piedra para estas obras de ampliación se extrajo de la cantera del Texu, en la Grandiza. Se encargaron de los acarreos  Luis del Tambor y Manolo Pedro y de la dinamita Manolo Mingón.
Panteon  del año 1913 que, antes de la ampliación, se apoyaba en la tapia del fondo del cementerio
(Foto: Angelinos la de Mero)

Escrito solicitando al Obispo la bendición de las obras de ampliación



[1] Al menos desde mediados del siglo XVI en España era costumbre realizar los enterramientos en el interior de las iglesias. Esta costumbre no empezó a abandonarse hasta finales de la Ilustración y quedó definitivamente desterrada con motivo de la epidemia de cólera de 1833 y 1834. La Real Orden de 13 de febrero de 1834 se dicta para insistir en el cumplimiento de la Real Orden de 2 de junio de 1933 que obigaba a los intenedentes de  provincia, valiéndose de los alcaldes mayores y de los ayuntamientos, a que velaran en todas las poblaciones con cementerios construidos por el  enterramiento en ellos de los cadáveres, evitando que se inhumaran en las iglesias.Y además   ordenó a las autoridades municipales a dar cuenta de los pueblos en que hubiera cementerio y su estado. Allí donde no existieran, esas mismas autoridades cuidarían de que fueran construidos a consta de los fondos de las fábricas de las iglesias; y sólo a juicio de la Dirección del ramo podrían utilizarse los fondos de propios en aquellos pueblos que pudieran soportar ese gravamen. Y donde no se pudiera utilizar ni uno  ni otro, los ayuntamientos prpondrían los medios más adeucados para la financiación de su construcción. (Fuente: Los Cementerios. Competencias municipales y Prodccuión documental. Maria del Carmen Fernández Hidalgo y Mariano García Ruipérez)

[2]  Los datos de la obra del cementerio viejo están sacados del “Expediente sobre la aprobación del cementrio de la Parroquia de Riberas. Sr. Juez Comisionado por dicho Ayuntamiento: El Licenciado D. José María Menéndez Bances. Escribano: Francisco Hidalgo Garcóa Año 1834” (Archivo Municipal de Pravia. Ref 2.5.26 caja 404 expte. 1)


Anexo


Ayuntamiento de Pravia


Expediente sobre la aprobación
Del Cementerio de la Parroquia de Riberas



Sr. Juez Comisionado por dicho Ayuntamiento
El Licenciado D. José Maria Menéndez Bances


Escribano Originario
Francisco Hidalgo García
Año 1834


Valga para el Reinado de S.M. la Señora Doña Isabel II.

Le proviene en el oficio del Sr. Presidente del Ayuntamiento de Pravia que de una por cabeza. Fórmese un expediente para cada parroquia y con respecto a la de Riveras, al que corresponde este, fijaré el día anunciando la comisión que se me confiere y procederé al señalamiento del sitio donde deba de construirse el cementerio, sin perdida de tiempo, según el plano de condiciones que servirán de base y el tiempo del remate y procederé de la forma que corresponda.

Proveido por mi el comisionado de Pravia. Agosto, ocho de mil ochocientos treinta y cuatro.


José María Menéndez Bances




Diligencia de haber señalado el sitio del cementerio


Pongo por diligencia que habiéndome trasladado a la parroquia de Riveras con el fin de señalar el sitio que debe ocupar el cementerio de la misma, asistido de sujetos de providad, después de haber oido todas las reflexiones oportunas para la obra de que se trata, se señaló por sitio para dicho cementerio el termino que llaman del “Trichorio”, y al efecto se finsó y amojonó con estacas el terreno que debía ocupar para mayor claridad y para que así conste lo pongo por diligencia qu firmo en Riveras y Agosto, diez de mil ochocientos treinta y cuatro.-


Menéndez Bances



Condiciones con que sale a remate el Campo Santo de la Parroquia de Riberas.

1ª.- Se ha de hacer en el termino del Trichorio en donde está estacado y señalado por el comisionado del Ayuntamiento de Pravia.

2ª.- Ha de tener un hueco de veintiséis varas a una mano y doce a otra.

3ª.- Se ha de hacer por debajo un paredón fuerte y a satisfacción, y lo mismo por los dos lados, hasta que busque el pavimento en nivel con el terreno y pared de la banda de arriba.

4ª.- Por la banda del nordeste ha de llevar en el medio una Puerta de Canto labrado de nueve pies de alto y cinco de ancho, llevando sobre ella un techo que tenga una vara de ala a cada lado y una cruz encima.

5ª.- Para subir a dicha puerta se ha de hacer una rambla con un paredón por la banda de abajo para que con mayor comodidad se pueda subir con los cadáveres ha dicho Campo Santo, teniendo dicha rambla y paredón el largo necesario para el mayor descanso de la bajada y subida.

6ª.- Concluidas las tres paredes, hasta estar en el nivel de la pared de arriba se levantará sobre el paredón de abajo otra pared de diez cuartas de alto y lo mismo por las demás de alrededor a excepción de lo que toma la puerta, que debe levantar lo que queda dicho atrás.

7ª.- Las paredes todas han de se echas con cal y arena, con el ancho correspondiente según su altura.

8ª.- La saca de piedra y relleno del Campo Santo irá de cuenta y riesgo del rematante y caso de que los vecinos lo quisiesen hacer por separado quedará al arbitrio de ellos la tal elección.

9ª.- Que las paredes la de abajo ha de tener hasta el medio ---- de ancho, entendiéndose hasta medio nivel y el otro medio tendrá dos y medio y
------- tendrán por --------- ancho todas en redondo.

10ª.- El cementerio se ha de dar por concluido en el termino de dos meses y medio en inteligencia que transcurrido dicho termino sin verificarlo se procederá al apremio y con todo rigor se procederá contra el rematista o rematistas y se proveerán operarios en numero suficiente para que lo hagan a su costa.

Ldo. D. Jose Mª Menéndez Bances
Valga para el Reinado de S.M. la Señora Doña Isabel II.


Remate día 17

Constituido yo Comisionado de la Parroquia de Riveras con el fin de rematar la construcción del Cementerio de dicha parroquia con arreglo al plan de condiciones que está unido a este expediente, hice se llamasen los señores que quisiesen hacer postura el dicho remate y después de los apercibimientos oportunos y diferentes pujas que se han hecho, yo el Comisionado, en nombre el Ayuntamiento adjudique el recordado remate a Don José María de la Plana, mayor, Don José María, menor, Don José Maria de la Cebedal y Don José Pulido, todos de dicha parroquia de Riveras, que de compañía lo remataron en Dos mil Ochocientos Ducados y al efecto dan, y aunque en papel simple, una obligación con testigos por la que se obligan mutuamente con las condiciones del remate y concluir el cementerio prontamente: todo lo que así conste y unida dicha obligación al expediente se pone por diligencia, Riveras y agosto diez y siete de mil ochocientos treinta y cuatro.

Menéndez Bances

Obligación de los Rematistas

Decimos nosotros D. José Garcia, de la Plana, mayor, D. José García, menor, D. José Alonso, de la Cebedal y D. José Pulido, todos vecinos de la Parroquia de Riveras, que habiendo salido por último y perentorio termino a remante la construcción del cementerio de dicha parroquia públicamente se remató en nosotros en la cantidad de Dos Mil ochocientos ducados, costeado a nuestra cuenta, y nos constituimos y obligamos a concluirlo prontamente al tenor del plan de condiciones que se nos leyeron y tenemos en nuestro poder advirtiendo que la obra será reconocida por dos facultativos denominados por el Sr Juez y el Ayuntamiento de Pravia y en dicha cifra se la afianzamos por el transcurso de un año, y para que en cualquier tiempo se nos pueda estrechar al cumplimiento de dicho remate, libramos la presente que firmamos en Riveras a 17 de agosto de 1834, siendo testigos: D. Indalecio García, Don Antonio Carvajal y D. Nicolás Alonso, en presencia del comisionado del Ayuntamiento. Fecha ut supra.

José Garcia José García A. Cebedal

Auto
D.Mediante, D. José Pulido Arcos y más rematistas del Cementerio de Riveras han paralizado la construcción de aquél, sin embargo de los frecuentes avisos y recados que por el que provee se les han dado para la prosecución de dicha obra, y próxima conclusión de la misma; hágaseles saber formalmente, continuen sin levantar mano en la construcción de dicho cementerio en el apercibimiento de que no lo haciendo daré parte oficial al Ayuntamiento de Previa para que les combine y precise a ello por los medios rigurosos que tenga por más oportunos.
Proveido por el Comisionado en Peñaullán y Agosto treinta y uno de mil ochocientos treinta y cuatro.
= José María Menéndez Bances =

Diligencia 3 de Septiembre
Hoy tres de septiembre pase por el lugar de Riveras con el fin de hacer saber el auto antecedente a los rematistas de dicha parroquia y como no –quedaron sabidos se pone por diligencia que firma
= José María Menéndez Bances =




(fig. 1)

Auto (fig. 1)
Mediante el que en el día de hoy, cuatro de septiembre y por mi mismo que el Cementerio de Riveras está parado, sin que los rematistas hubieren dado cumplimiento al auto y notificación, con desprecio de las providencias dictadas sobre el particular y haciendo que sólo el que provee sea responsable de la falta de cumplimiento, para que las medidas que tome sobre el mismo asunto nuestro Gobierno se lleven a puerto y den efecto oficiaré circunstancialmente al Presidente del Ayuntamiento de Pravia para que con vista de los antecedentes y esto resulte en este expediente que se remitirá unido, dicte la provindencia que sea más oportuna para la prosecución y pronta conclusión del enunciado cementerio. Proveido por mí, en Riveras dicho día



Notificación de apremio dicho día
En Riveras y septiembre nueve año del sello yo comisionado teniendo a mi presencia a varios rematistas del Cementerio de Riveras les notifique el apremio estimado y leí el oficio y auto antecedentes, haciéndoles saber al mismo tiempo que me mantenía de apremio contra los mismos mientras no continuasen en la rápida conclusión de dicho Cementerio.
Para que Conste lo pongo por Diligencia que firmo



Obra Día 12
En el día de hoy doce visité la parroquia de Riveras y habiendo observado que el cementerio de la dicha se hallaba paralizado, notifiqué a sus rematistas que continuaba de apremio contra la misma hasta que no prosiguiesen la construcción de a que, y se pone por diligencia que firmo = Bances
Obra día 15
En el día de hoy quince volví a constituirme a la Parroquia de Riveras y por hallarse paralizado el cementerio de la misma notifique el apremio a sus rematistas y para que conste lo firmo = Bances

Obra día 16
En el día de hoy diez y seis en Riveras teniendo a mi presencia a los Rematistas de dicha Parroquia en atención a que continuaban en la suspensión de la obra del cementerio, les notifiqué continuaba el apremio contra los mismos con apercibimiento de que no dando principio a la prosecución del repetido cementerio dentro del día se dictaría la providencia que hubiese lugar y para que conste lo firmo = Bances


(Fig. 2)
Auto (fig.2)
Mediante a que los Rematistas del Cementerio de Riveras no han dado principio a la prosecución en la construcción del mismo sin embargo de haber sido apremiados por el que provee, hágaseles saber que si dentro del perentorio termino del segundo día no diesen principio a dicha obra se nombrarán operarios prácticos, e inteligentes que a consta de sus bienes dieren concluido dicho cementerio con la circunstancia, que hasta hallarse este finalizado me mantengo de apremio. Proveido por mi el Comisionado en Peñaullán y septiembre diez y siete de ochocientos treinta y cuatro =


Notificación dicho día 17
En Riveras hoy diez y siete de septiembre notifiqué a los rematistas del cementerio el auto antecedente y para que conste lo firmo = Bances


3 comentarios:

  1. Felicidades, no solo sabeis detallar e informar de maravilla, es que ademas entreteneis y haceis que esperemos cada semana nuevas historias que nos encanta recordar y aclarar. Felicidades de nuevo.

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  2. El cementerio nuevo de Riberas, la escuela de niños, la casa de Valentín de Fransio (un depósito desaparecido por la dinamita de Manolo Mingón) y la plaza con árboles que se encuentra situada enfrente de la Iglesia (delante de la casa de Manolo Margallo), las “Donó” al pueblo de Riberas, D. Marcelino González García, que nació en Ucedo (Riberas) el 15 de septiembre de 1846.

    Actualmente dicho Cementerio es al 100 % de Titularidad del Ayuntamiento de Soto del Barco, N.I.F.: P3306900F. Parcela Nº 345 y referencia catastral 33069A035003450000YO, situada en el polígono 35 del pueblo de Riberas. Superficie 0,2031 Ha.

    Dispongo del Certificado original de Bienes Inmuebles del Ministerio de Economía y Hacienda (Gerencia Regional del Catastro de Asturias).

    Un saludo - Luis Miguel - 13 de diciembre/2012

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  3. Esas piedras del cementerio no se las llevó el párroco, sino que las llevaron un grupo de pseudointelectuales del Arzobispado que con la excusa de organizar una exposición en equipo con el Museo Arqueológico de Oviedo las llevaron con la promesa de que volverían para Riberas. Años después fueron Don Jesús (el de Soto) y Don José Manuel a reclamarlas y volvieron como fueron con las manos vacías.

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